En una excavación del Templo Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, encontraron una ofrenda en la que se encontraron 164 estrellas de mar. Ahora, lo señalan como el depósito de estrellas de mar más grande descubierto hasta ahora en estas ruinas, informó el Instituto Nacional...
marzo 15, 2022En una excavación del Templo Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, encontraron una ofrenda en la que se encontraron 164 estrellas de mar. Ahora, lo señalan como el depósito de estrellas de mar más grande descubierto hasta ahora en estas ruinas, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Por otro lado, el INAH indicó que la abundancia de esta ofrenda “la coloca como la de la mayor cantidad de estrellas de mar de todas las descubiertas en el antiguo Recinto Sagrado de Tenochtitlan”.
“También representa un caso único de conservación de uno de estos equinodermos que, de manera similar a un fósil, preserva su forma casi intacta, pese el paso del tiempo”, indicó el instituto.
El INAH también señaló que entre los vestigios arqueológicos investigados desde 2019, a través del Proyecto Templo Mayor (PTM); están elaboradas ofrendas en las que los mexicas combinaron elementos terrestres, junto a organismos marinos: corales, peces globo, caracoles y estrellas de mar.
Dentro de los hallazgos destaca una estrella de mar de la especie Nidorellia armata, conocida como “chispas de chocolate”, de 22 centímetros, la cual aún preserva su forma y estructura interna.
El descubrimiento en el edificio Cuauhxicalco a finales de 2021, por el arqueólogo Miguel Báez Pérez y el especialista Tomás Cruz Ruiz, el más experimentado trabajador del PTM, asegurarón, es resultado de “afortunadas casualidades”.
“Esta ofrenda es una de las más grandes que hemos encontrado en el Templo Mayor; por lo que, hasta no explorar los 30 o 40 centímetros de profundidad que creemos nos faltan, es difícil saber su significado”, explicó Báez Pérez.
Los expertos creen que quizá, fue una de las primeras estrellas que los sacerdotes mexicas colocaron en la ofrenda. Pero que al recibir el peso del jaguar y de todos los elementos se hundió en lo que se cree es una capa de fibra debajo de ella, preservando su estructura interna y los 22 centímetros de largo entre sus puntas.
Aseguraron que la preservación de esta estrella es inusual, ya que los restos de las otras 163 estrellas están dispersos, por la pérdida natural de su materia orgánica.
Por otra parte, la ubicación de la ofrenda, en la sexta etapa constructiva del Templo Mayor, la sitúa en una fecha cercana al año 1500; cuando fue la transición entre los reinados de Ahuízotl y Moctezuma Xocoyotzin.
Con información de Forbes México.